Fuente: femalefirst
|
En 2001, Leonard Lauder, presidente emérito
de la compañía de cosméticos Estée Lauder, acuñó el término "Lipstick
Index" (índice de la barra de labios) para definir un indicador económico según el cual la venta de labiales, concretamente de
labiales rojos, se disparaba en época de crisis. Una tendencia que ya se había
observado en el crack del 29 y en los periodos de guerra y posguerra del siglo
XX.
¿La explicación? En época de recesión, cuando la compra de artículos
caros como ropa, perfumes o calzado se sale del presupuesto, las mujeres tienden a adquirir productos de cosmética asequibles como medio para mejorar su autoestima. Así, la barra de labios se convirtió en la gran triunfadora económica de las recesiones
de la historia reciente, cosméticamente hablando, pero este dominio llegó a su
fin con el estallido de la crisis financiera en 2008 y el posterior periodo de recesión en
el que seguimos inmersos.
Las tendencias cambian y donde entonces reinó el rouge labial ahora mandan los esmaltes
de uñas. El fenómeno ha experimentado tal desarrollo en los últimos cinco años que
los expertos se han apresurado a cambiar el término "Lipstick Index" por el más
apropiado "Nail Polish Index"
(el índice del esmalte de uñas). Los balances de cuentas ratifican el cambio en
el trono cosmético. La venta de esmalte de uñas es el segmento de maquillaje
que más ha crecido a nivel global en los últimos años. En España, los 5,3
millones de unidades vendidas en 2002 se duplicaron en 2010 y en 2011 se vendió
un 11,3 por ciento más que en el año anterior[1].
El resto de países europeos presentan indicadores similares, mientras que en
Estados Unidos la venta de lacas de uñas suma récords año tras año desde el
comienzo de la recesión, con una facturación de 768 millones de dólares en 2012.
Fuente: nytimes |
Precisamente, esta característica de lujo asequible
es la clave de que los esmaltes se hayan convertido en un producto
cosmético de primera necesidad, elevado a categoría de complemento indispensable para cualquier outfit. Las
manicuras realizadas en colores vibrantes, con combinaciones atrevidas y
trabajos artísticos logran, a través de la colorterapia, un efecto
terapéutico para mejorar el estado de ánimo en tiempos convulsos.
Más allá de su protagonismo en Instagram,
donde las fotografías de nail art es
uno de los temas más recurrentes, la fiebre por la manicura queda constatada por la proliferación de productos, técnicas y
centros especializados en el cuidado de las uñas. Las multinacionales de la
cosmética están aprovechando al máximo esta tendencia y en los últimos años han
ampliado su catálogo de colores y composiciones para responder a las demandas
del mercado y a su vez crear nuevas necesidades en el consumidor mediante el
desarrollo de novedosas formas de manicura.
Esmalte pizarra de Ciaté Fuente: Ciaté / Tratamiento: mrg |
Las firmas especializadas Essie, Deborah Lippmann y OPI se han erigido como los referentes del arte del esmalte. La primera es la laca de cabecera de muchas celebrities y desembarcó en España hace un año de la mano de L'Oreal. La segunda marca tendencia con lacas de uñas inspiradas en actrices y cantantes, como Sarah Jessica Parker o Lady Gaga, o en la serie de televisión Girls. Mientras que OPI es el sello de referencia de la manicura profesional en salones de belleza.
Junto a estas marcas, la cosmética
popular también ha encontrado en el auge de la uñamanía a su nuevo El Dorado. Las perfumerías han
multiplicado el número de expositores dedicados a los esmaltes y dentro de una
misma marca se puede elegir entre los esmaltes tradicionales, con precios entre
los cinco y diez euros; las colecciones de temporada, kits para hacerte el nail art
en casa o una línea low cost con esmaltes
por menos de dos euros, que son el paradigma del efecto anticrisis de este producto:
fácil, bonito y barato.
Fuente: obaz / Trat: mrg |
La uña como
lienzo
La expresión circense "más difícil
todavía" se traduce en término de esmaltes en el "más tendencia
todavía". No basta con tener el último color de la temporada o conjuntar
la ropa y las sandalias con la laca de uñas, el súmmum de la uñamanía está
en hacer de la manicura un arte.
Uñas bicolor, dibujos geométricos, purpurina, dibujos o esmaltes efecto caviar son algunas de
las tendencias de nail art a las que
cada temporada se suman nuevas propuestas y técnicas. Por ejemplo, el último
descubrimiento de Ciaté, responsable de la manicura caviar, para este año es el esmalte de pizarra
que, tal y como suena, convierte las uñas en una pizarra sobre la que se puede escribir y garabatear.
Fuente: chicandfree / Trat: mrg |
Una vez esté lista la creación, queda un último
paso: hacer una foto y colgarla en tu red social o en Nail Art Gallery, la web social donde sólo
se comparten imágenes de manicuras.
mrg
Había notado la tendencia, pero no se me ocurrió asociarla con la economía. Muy interesante.
ResponderEliminar