lunes, 29 de abril de 2013

Bajo el prisma de Polaroid

Cuando revisamos los archivos de las fotos que hemos tomado recientemente, las imágenes resultantes distan muy poco de aquellas que nuestros padres tomaron en los años setenta y ochenta. El aire de fotografía vieja está presente en todas ellas, hermanadas por sus luces cálidas, el efecto flash, los objetos difuminados y los encuadres imposibles. La única diferencia está en que unas fueron tomadas hace décadas, con cámaras analógicas, mientras que las otras apenas cuentan con unos pocos meses, incluso minutos, de vida y fueron captadas con dispositivos tecnológicos de última generación.

Mural realizado con fotografías tomadas con Instagram / Fuente: A Beautiful Mess

El regusto por lo vintage que vivimos en los últimos años ha encontrado en la fotografía a su principal exponente. Atrás quedó la búsqueda de la perfección absoluta fruto de la imagen digital. Las instantáneas pasadas por filtros que les confieren un toque nostálgico y enmarcadas a modo de Polaroid son tendencia y han dado el salto de las redes sociales y los smartphones al mundo del diseño, el arte, la decoración y los mass media.

Esta moda del siglo XXI tiene su origen a mediados del pasado siglo en la compañía estadounidense Polaroid, pionera en el desarrollo del primer filtro polarizador sintético en 1929 y en su posterior comercialización en 1937. Diez años más tarde, en 1947, la firma lanzó al mercado la fotografía instantánea y el resto es historia. La cámara Polaroid Land, que revelaba y positivaba una imagen en menos de 60 segundos, fue una revolución que se convirtió en el buque insignia de la compañía y en objeto de inspiración para artistas y visionarios como Andy Warhol o Steve Jobs.

La estética Polaroid se impone en la captura de momentos cotidianos / Fuente: ReadyForShowTime

La popularización de la videocámara doméstica y, más tarde, la llegada de la fotografía digital en la década de los noventa, relegó a las cámaras de Polaroid a un segundo plano y a una lenta agonía que culminó con el anuncio del cese de fabricación de su película en 2008. Fue entonces cuando se sentaron las bases para el renacimiento de la Polaroid y de su estética.

El movimiento se había iniciado unos años antes, en torno a 2005, de la mano de los hipsters, según apunta ChristopherBonanos, autor de "Instant: The Story of Polaroid". El colectivo amante de lo vintage hizo de la nostalgia Polaroid su bandera, atesorando su estética en la búsqueda del arte en lo cotidiano. Poco a poco, este espíritu se fue contagiando a los editoriales de moda y al diseño gráfico, que recuperaron el toque Polaroid y su característico marco para fundirlo con la imagen digital. El momento cumbre se alcanzó con el cese de fabricación de la película, que consolidó a la Polaroid como objeto de culto a través de la iniciativa de The Impossible Project.

Imagen captada y tratada con Instagram /
Fuente: entretengo
Y así llegamos al momento presente, en el que la historia de la Polaroid da una vuelta de tuerca para encontrar en la tecnología digital, la que en antaño fuera su verdugo, a su principal aliada para escribir una nueva edad de oro. Una segunda parte en la que las aplicaciones fotográficas para smartphones son las protagonistas, con Instagram como ejemplo destacado.

Heredera espiritual de Polaroid, esta aplicación gratuita, que funciona también como red social, permite aplicar filtros y efectos retro y vintage a las imágenes captadas con el móvil. La propuesta enganchó enseguida al público, que respondió con avidez a la posibilidad de documentar su vida minuto a minuto a través de las imágenes, observando el mundo en clave Instagram a modo de artistas amateur. Su repercusión pronto llegó al mercado y dos años después de su lanzamiento fue adquirida por Facebook por 1.000 millones de dólares, desmarcándose así de otras aplicaciones similares como Hipstamatic o Pixlr. La compra, no obstante, causó un gran revuelo porque que el cambio en las políticas de privacidad derivado de la misma provocó la baja masiva de millones de usuarios.

Fotografía tomada con Hipstamatic /
Fuente: plumandradish
Tras imponerse en las redes sociales, Instagram no tardó en colonizar el mundo de la fotografía profesional y del diseño gráfico. El fotógrafo Nick Knight ha sido pionero a la hora de experimentar con las posibilidades de Instagram, las celebrities no dudan en convertirse en sus propios paparazzi para compartir con sus seguidores detalles íntimos de sus vidas filtro mediante, las firmas de moda han convertido esta aplicación en su nuevo fetiche a la hora de presentar sus colecciones o retratar sus desfiles; y las imágenes tomadas con Instagram se han colado hasta en la portada de The New York Times.

Los nuevos usos de la fotografía en la era Instagram no dejan indiferente a nadie y el debate sigue creciendo, especialmente entre los fotógrafos profesionales que consideran que esta democratización de la fotografía devalúa el carácter artístico y fotoperiodístico de la imagen.

Mientras, el fenómeno sigue creciendo, los instagramers se multiplican y la aplicación prepara su salto al dispositivo digital-analógico de la mano de Polaroid con el lanzamiento en 2014 de Socialmatic, una cámara digital que aplica los filtros de Instagram, conectada a las redes sociales y que permite imprimir las fotos al instante.

Imágenes lomográficas y cámaras Lomo /
Fuentes: beawesome y DecoracionVintage / Montaje: mrg
La revolución analógica
El gusto por la fotografía de estilo vintage no sólo se reduce a la Polaroid y las aplicaciones derivadas de su estética. La creciente popularidad de la lomografía asegura, para muchos, el futuro analógico de la fotografía. Esta corriente toma su nombre de la cámara Lomo, construida en la era soviética por la Unión de Ópticos y Mecánicos de Leningrado. En 1991, los estudiantes vieneses Matthias Fiegl y Wolfgang Stranzinger viajaron a Praga y descubrieron la Lomo en una tienda fotográfica. La curiosa cámara, de aspecto rudimentario, pronto les sorprendió al revelar imágenes con colores ricos, brillantes y saturados. La cámara captaba imágenes imperfectas y oscurecía los bordes de la imagen dando lugar a un efecto túnel que acentúa su singular efecto artístico.

Un año más tarde, en 1992, los estudiantes fundaron la Sociedad Lomográfica Internacional y el movimiento Lomo empezó su andadura como una nueva forma de entender la vida y el arte a través de imágenes con alta saturación de los colores y viñeteado. Su manifiesto artístico expone las diez reglas de oro que definen el lomolifestyle y que se resumen en la máxima: "No pienses, dispara".

Fuente: minuevohogar

La expansión de la lomografía, que sólo en España factura más de un millón de euros al año, resiste a la era digital y ha dado lugar a un mercado en el que la pasión por la fotografía y lo vintage se funden en uno con la creación de dispositivos de diseño y accesorios que perfeccionan la imperfección de sus instantáneas.

Ya sea en Polaroid, Lomo o en Instagram (y sus derivados), una cosa queda clara: la sociedad del siglo XXI vive, consume y se relaciona en imágenes. Y si no, que se lo digan a Pinterest.

mrg

martes, 23 de abril de 2013

Feliz Día del Libro

Nuestro especial dedicado a los libros concluye hoy, 23 de abril, Día Internacional del Libro.

Promulgado por la Unesco en 1995, en España esta celebración se remonta a 1930. La idea original partió de Cataluña y fue del escritor y editor valenciano Vicente Clavel Andrés, que en 1925 propuso la festividad a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona. En 1930, la celebración se instaura definitivamente en el 23 de abril, coincidiendo con el Día de Sant Jordi (patrón de Cataluña y de Aragón), una fecha simbólica en la historia de la literatura universal, pues el 23 de abril de 1616 fallecieron Miguel de Cervantes y William Shakespeare.

La finalidad de esta jornada es rendir un homenaje a los libros y al placer de la lectura. Desde almagra32 nos sumamos a la celebración con el corto de animación "The fantastic flying books of Mr. Morris Lessmore", ganador del Oscar en 2012. Una preciosa fábula sobre el amor por los libros y cómo estos nos acompañan en nuestras vidas.


domingo, 21 de abril de 2013

El Principito cumple 70 años

Clásico de la literatura universal y referente para millones de personas desde hace generaciones, El Principito celebra este mes el setenta aniversario de la publicación de su primera edición el 6 de abril de 1943. Esta efeméride, que coindice con el mes del Libro, sumado al hecho de que la obra se cuenta entre la favorita de muchos de mis amigos (y seguro que de muchos de vosotros también), ha motivado que la iconografía de este cuento por todos conocido se cuele en nuestro escaparate.

1. Figurita de El Principito (edición limitada) de La Boutique du Petit Prince, 49,90 euros
2. Vinilo para cuarto infantil personalizable de My Vinilo, 42,91 euros
3. Juego de sellos El Principito de Obni, 16 euros
4. Body para bebé El Principito (varias tallas) de La Boutique du Petit Prince, 14,90 euros
5. Juego infantil de bloques de La Boutique du Petit Prince, 24,90 euros
6. Bolígrafo gel El Principito (varios modelos) de Obni, 5 euros
7. Edición bilingüe de El Principito en Fnac, 13 euros
8. Lámina con ilustración original de Saint-Exupéry en All Posters, 34,99 euros
9. Bolso conmemorativo 70 aniversario en La Boutique du Petit Prince, 9,90 euros
10. Lámina de estilo vintage (sin enmarcar) de Nacnic en Etsy, 5,46 euros

La obra del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, escrita durante la II Guerra Mundial, se presenta como una fábula que narra el encuentro en pleno desierto del Sahara entre un aviador extraviado tras un accidente y un pequeño príncipe venido de otro planeta, que le muestra las diferencias entre la forma de pensar de los niños y de los adultos.

Aunque por su formato es considerado un libro infantil, el cuento de Saint-Exupéry está dirigido a lectores de todas las edades ya que la percepción de la historia, y sus referencias filosóficas, evoluciona conforme uno se hace adulto.

11. Camiseta de pijama El Principito de Oysho, 15,99 euros
12. Diario-agenda El Principito de Obni, 15 euros
13. Vaso hermético El Principito (también en rosa) de Obni, 16 euros
La belleza del cuento y su carácter universal han convertido a El Principito en el libro más vendido de la historia, sólo superado por La Biblia, con 150 millones de copias distribuidas en todo el mundo, que han llegado a 500 millones de lectores en ediciones traducidas a 260 idiomas y dialectos.

La celebración de su 70 cumpleaños, que puede seguirse a través de su página oficial, contará a lo largo de los próximos meses con varios actos para conmemorar el fenómeno de la historia del joven príncipe. Entre los inmediatos, la publicación en Francia de una biografía de Saint-Exupéry a cargo de Virgil Tanase. En España, el Museo del Juguete de Cataluña se suma al aniversario con una exposición de 238 traducciones de la obra que puede visitarse hasta el 16 de junio. Por su parte, los lectores también se han apuntado a la fiesta a través de la lectura, lo que ha contribuido a que la obra de Saint-Exupéry se cuele estos días en las listas de los más vendidos en América Latina y en Francia.

viernes, 19 de abril de 2013

Yo lo escribo, yo lo publico: el auge de la autoedición

A día de hoy, siete de los diez e-books más vendidos en la página española de Amazon son autoeditados, cinco de ellos escritos en español. La cifra da cuenta del fenómeno al que asiste el mundo editorial en los últimos años, en los que la crisis económica ha provocado que las editoriales tradicionales apuesten sobre seguro y arriesguen menos en la contratación de nuevos autores, dejando a los escritores amateurs una única salida para dar a conocer su obra: la autoedición.

Heritage Tunnel by Briccio Santos /
Fuente: National Geographic 
Si hasta hace poco embarcarse en esta travesía acarreaba un gran desembolso económico por parte del autor y un alto riesgo de fracaso en la empresa, en la actualidad, la tecnología Print On Demand (impresión bajo demanda) y especialmente el libro digital han simplificado el proceso de la autoedición, convirtiéndolo en una vía accesible para prácticamente todo el mundo.

Las estadísticas confirman el auge de esta práctica. En Estados Unidos, según los datos de Bowker (agencia oficial para el ISBN del país), la producción de libros autoeditados se ha triplicado desde 2006, con cotas significativas en 2008 y 2009, años en los que el número de libros autoeditados superó a los publicados de forma tradicional. En España, los datos son más tímidos pero igual de contundentes. En 2011, se publicaron 9.019 libros clasificados como autoeditados. Esto es un 3,31 por ciento más que en 2010 y un aumento del 40 por ciento en el número de ejemplares autopublicados en el periodo comprendido entre 2007 y 2011. Es decir, en plena crisis. Los números de la autoedición son aún más significativos si se tiene en cuenta que su crecimiento prácticamente se da la mano con el de las editoriales pequeñas y supera al de las grandes, que en 2011 publicaron casi un diez por ciento menos.

Así, lo que en el pasado funcionó para grandes autores de la literatura universal como Jane Austen, Virginia Woolf, Marcel Proust, Walt Whitman o Emily Dickinson; ahora no sólo se ha convertido en el salvavidas de muchos autores que se toparon con la negativa de las editoriales, sino que, según apuntan las tendencias, va camino de consolidarse como el futuro del sector. 
 
La generalización del libro digital ha disparado el catálogo de títulos autoeditados / Fuente: lecturalab.org

Pero, ¿qué implica la autoedición para el escritor? De entrada, requiere que el autor tenga unos conocimientos mínimos en el manejo de las nuevas tecnologías y de los programas informáticos de diseño. El escritor ya no sólo se limita a escribir la obra. Al convertirse a su vez en editor, es el responsable de su corrección, maquetación y hasta del diseño de la cubierta. Asimismo, tiene que gestionar el depósito legal y el ISBN de la obra; además de contactar con la imprenta, si es que va a editar el libro en papel, y ocuparse de la distribución y promoción de la obra a través de notas de prensa, blogs o de una página web. Tareas que tradicionalmente asume la editorial y cuyo coste económico recae ahora también en el autor. Un desembolso que se reduce considerablemente si se opta directamente por la edición en formato digital.

El camino de la autoedición no es fácil y, según insisten los expertos, al final del trayecto son muy pocos los que llegan a la lista de los más vendidos en Amazon, a firmar con una editorial o a convertirse en un fenómeno superventas como el estadounidense John Locke, el autor del millón de e-books gracias a su serie de novelas pulp protagonizadas por Donovan Creed.

Fuente: keystrokesandwordcounts
Para ayudar al escritor en este proceso, existen plataformas y editoriales especializadas en la autoedición como Lulu, Bubok o Círculo Rojo, que externalizan las labores de edición por un precio que va en función del formato escogido -digital, papel o ambos- y de los servicios contratados, que pueden incluir hasta la promoción profesional del libro. En el caso de Bubok, por ejemplo, ofrecen tres packs editoriales que oscilan entre los 195 euros (el básico) y los 1.770 euros (el best-seller). El primero incluye los servicios de publicación, creación de una página con tu libro, programa de librerías, contratación de ISBN, código de barras, corrección de la portada, inclusión de los créditos y diez ejemplares impresos de la obra. Mientras que el best-seller suma a lo anterior una portada personalizada, servicio de maquetación profesional, 100 marcapáginas, informe de lectura, servicio de corrección profesional, pack de promoción online y una web personalizada con tu propio dominio.

Junto a las plataformas profesionales, otra guía para el autor principiante en la autoedición son los libros y manuales que se han publicado en los últimos años en paralelo al auge de esta práctica. Es el caso de "Marketing para escritores: cómo publicar, promocionar y vender tu libro", en el que Neus Arqués enumera los pasos a seguir en la autoedición a partir de su propia experiencia como escritora autopublicada.

El fenómeno Amazon
Junto a los servicios profesionales ya citados, la llegada a España del portal Amazon ha supuesto un antes y un después en la autoedición en castellano, sumando varias firmas nacionales a la lista de los conocidos como "escritores Amazon". Autores como Juan Gómez Jurado, Fernando Gamboa, Esteban Navarro, Ramón Cerdá, Antonia Corrales, Marta Querol o Magüi Cabral son algunos de los escritores españoles presentes en dicha lista y que han visto cómo Amazon se ha convertido en su trampolín para fichar por editoriales o para dar a conocer su obra, ya editada en papel, al gran público.

Fuente: clasesdeperiodismo.com
Una de las claves del éxito de Amazon radica la sencillez del proceso de publicación, que reduce al mínimo los obstáculos de la autoedición. El servicio Amazon KDP permite publicar el e-book de forma gratuita y, en función de la política de royalties escogida, el autor se embolsa un 35 o un 70 por ciento de la venta del libro.

El otro secreto de la compañía son los precios de venta de los títulos autoeditados, con una horquilla media que se mueve entre los 0,86 y los 3 euros. Un coste mínimo para el lector que, en opinión de sus detractores, es la única razón por la que estos títulos copan los puestos de los superventas en la plataforma de comercio electrónico tanto en el mercado castellano como en el anglosajón.

Sea como fuere, los autores consideran que la autoedición en digital permite que el lector escoja leer lo que le gusta y abre las puertas a que las editoriales rescaten para sus catálogos a los escritores que dejaron escapar. Un ejemplo es Ediciones B, que ha fichado a varios "escritores Amazon" para su filial B de Books, dedicada exclusivamente al formato digital. Los escritores que quieran probar suerte en el competitivo mundo de la autoedición digital deben tener en cuenta que los géneros que mejor funcionan con el público, y que por lo tanto les acerca más al éxito, son la novela fantástica, la erótica, el chick-lit, el thriller y la novela negra.

mrg


Más sobre el Día del Libro en: El "reciclaje" de la estanteríaPara los que leenPara los lectores y en nuestro Pinterest.

miércoles, 17 de abril de 2013

Para los lectores

La elección de un libro es algo muy personal y regalar un libro exige un profundo conocimiento de la persona regalada para acertar con el ejemplar y conseguir que el gesto perdure y no quede en una simple transacción o convención social. En unos días, coincidiendo con la celebración del Día del Libro, muchos  intercambiarán ejemplares (y quizás también algunas rosas) sumándose a esta celebración internacional de la lectura y la literatura.

Sin embargo, y como, insisto, escoger el libro adecuado es algo complicado sin tener datos concretos sobre la persona destinataria, con motivo del 23 de abril he optado por una selección de objetos relacionados con los libros que, creo, cubrirán las expectativas de todo amante de la lectura. Un escaparate "lector" que, si queréis, podéis completar recuperando nuestro post de regalos navideños Para los que leen, donde encontraréis una selección de libros para todas las edades y aficiones.

1. Sello ex libris "This book belongs to" de Not On The High Street, 14,38 euros
2. Diario de lecturas de Moleskine, 19,90 euros
3. Kit de registro de préstamos de libros de ModCloth, 12,24 euros
4. Letrero en madera "Library" (biblioteca) de Three Potato Four, 29 euros
5. Camisetas literarias (varios modelos disponibles para mujer y unisex) de Out Of Print, 21,50 euros
6. Expositor-estante de libros de Vinçon, 15,20 euros y 20,25 euros (modelo grande)
7. Apoyalibros (apto para eBook y tablet) de Moleskine, 15 euros
8. Bolsa de tela "We like books" de Not On The High Street, 10 euros
9. Funda para eBook con cubierta de clásicos de la literatura de Not On The High Street, 35 euros
10. Cuadro infantil "Hoy un lector, mañana un líder" (en inglés) de Parada Creations en Etsy, 9,40 euros

La selección incluye dos elementos que no pueden faltar entre los accesorios de un buen lector como es el sello ex libris, para identificar los ejemplares de nuestra propiedad, y el diario de lectura, donde recopilar los detalles de cada libro que pasa por nuestras manos. Aquellos que acostumbran a prestar libros a familiares y amigos tendrán garantizada su devolución convirtiendo su biblioteca personal en una biblioteca pública mediante un set vintage de registro de los préstamos. Y los que se han pasado al formato digital pero aún tienen nostalgia del libro tradicional, pueden transformar su eBook con una funda que reproduce la cubierta de clásicos de la literatura universal.

11. Sujetalibros originales de Design Atelier Article en Etsy, entre 15 y 39 euros (según diseño)

Para los que gustan de unir sus hábitos de lectura a la decoración, contamos con soportes, estanterías y sujetalibros originales, además de un cuadro para animar a los jóvenes lectores. Y si de lo que se trata es de hacer una declaración de principios, nada mejor que incluir el amor por los libros en el vestuario.

¡Feliz lectura!
mrg


Más sobre el Día del Libro en: El "reciclaje" de la estantería, Para los que leen y en nuestro Pinterest.

lunes, 15 de abril de 2013

El "reciclaje" de la estantería

El escritor y periodista estadounidense George Plimpton dijo una vez: "No comprendo a las personas que no tienen biblioteca". Comparto su reflexión. Siempre que visito la casa de una persona por primera vez, me sorprendo a mi misma buscando el rastro de los libros en la vivienda; pues si tener libros ya dice mucho de una persona, creo que el protagonismo de estos en una casa, dónde y cómo los almacena, dice mucho más de su inquilino.

Una original propuesta para exhibir los libros predilectos / Fuente: uncovet

Por este motivo, el primer post de la serie dedicada a la celebración del Día Mundial del Libro el próximo 23 de abril, se detiene en los estantes de la biblioteca. El lugar donde empieza la lectura, de donde tomamos el ejemplar que vamos a leer y adonde regresa el libro una vez terminamos la última página.

Elemento práctico, decorativo y funcional, las librerías son, en la mayoría de las ocasiones, las grandes olvidadas de los proyectos de decoración. No hay más que echar un vistazo rápido a las revistas y publicaciones especializadas en la materia para comprobar que los estantes repletos de libros brillan por su ausencia o quedan relegados a mínimos accesorios sin vida propia. Para el buen lector, sin embargo, las estanterías son un elemento imprescindible que reafirma su condición de amante de la literatura.

Estantería compuesta con cajas de diferentes tamaños /
Fuente: decoraciondeinteriores
La propuesta deja a un lado las grandes librerías fabricadas con maderas nobles y los diseños low cost producidos en cadena, y se decanta por el reciclaje de objetos en unas estanterías modernas y originales, adaptadas a todos los presupuestos y en las que los únicos límites están marcados por la imaginación y la destreza de sus autores.

Bien sea por la crisis económica o por la necesidad de renovarse, el reciclaje en materia de decoración se ha convertido en un nuevo arte, que llega acompañado de tutoriales online y tiendas de suministros para ayudar en la fabricación de muebles y otros elementos. Esta tendencia otorga una nueva oportunidad a objetos que habían sido descartados, implica gastar poco dinero en comparación con la adquisición de un mueble nuevo, contribuye al respeto por el medio ambiente y favorece el desarrollo de la creatividad. Y no hay que olvidar que una vez esté terminado el trabajo contaremos con un mueble personalizado, único y original, a diferencia del mobiliario fabricado en masa que se replica en miles de hogares de todo el mundo.

Estanterías realizadas con cajas de plástico y cajas de madera / Fuente: interiorismos

Son muchos los objetos reciclados que pueden transformarse en una estantería. Uno de los que marcan tendencia en los últimos tiempos son los palets de madera. Están especialmente recomendados si se quiere dar un toque rústico a la decoración. El palet se cuelga en la pared en su estado original o se lija y trata con barnices y pintura para adaptarlo a la estancia.

Escalera reciclada en estantería /
Fuente: pinterest
En la misma línea, un material que goza de gran popularidad para este tipo de proyectos son las cajas de vino de estilo vintage. Logran un efecto similar al de los palets y pueden ser sometidas al mismo tratamiento para lograr el color y el acabado deseado. Además, en este caso, se pueden utilizar cajas de diferentes tamaños para jugar con las formas y la geometría a la hora de componer la estantería.

Otros materiales socorridos y de fácil acceso son las cajas de madera y las cajas de fruta. Es importante adaptar el material y el diseño al espacio y a la estancia donde se colocará la estantería. Así, una librería realizada con cajas de plástico para la fruta puede ser muy socorrida en el cuarto de los niños (en blanco o con colores brillantes) o para albergar los libros de recetas en la cocina, ya que serán fáciles de limpiar.

Para la creación de una nueva estantería también se pueden adaptar objetos cotidianos para convertirlos en soportes originales. Por ejemplo, uniendo unas baldas largas a una escalera o convirtiendo libros descartados en estantes con la ayuda de barniz y pegamento.

Librería geométrica compuesta a partir de módulos de Ikea /
Fuente: neotorama
Del mismo modo se pueden utilizar cajones sujetos a la pared en posición vertical o muebles viejos y de segunda mano, que se customizan para renacer convertidos en librerías. Una vez más, los barnices, la pintura y las telas serán los aliados para elaborar el diseño.

Y en el caso de que se busque sumar originalidad y sencillez, la solución es crear  biblioteca flotante en vertical mediante el uso de escuadras ancladas a la pared que desaparecen detrás de los libros. Un efecto rompedor, que permite experimentar con la distribución de los estantes.

Pero como no todo el mundo tiene el tiempo ni la maña para fabricar muebles, queda la posibilidad de personalizar la estantería sirviéndose de los diseños disponibles en el mercado. Unos módulos para la pared, como los que se pueden encontrar en el gran gigante sueco de muebles y decoración, pueden componer una estantería con sello personal si se disponen de forma diferente sirviéndose del efecto de la geometría y de la gravedad.

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jueves, 11 de abril de 2013

Hipster, manual de uso

Son jóvenes, llevan gafas de pasta, se visten con ropa que parece salida de los mercados de saldos y tiendas de segunda mano, reverencian el estilo vintage, ellos llevan barba; ellas, el pelo cuidadosamente desaliñado; escuchan música indie, se mueven por la ciudad en bicicleta, tienen a Wes Anderson como principal referente cinematográfico, piensan en verde, comen orgánico -a ser posible verduras recogidas de su propio huerto urbano-, son nostálgicos de los cincuenta, están altamente tecnologizados y son expertos en el uso de las redes sociales, donde documentan su día a día mediante fotos tratadas con filtros.

Fuente:  pinterest

Son los hipsters. La subcultura urbana llegada de Estados Unidos que sin pretenderlo, al menos eso dan a entender, ha contagiado de su estética, su estilo, sus modos y usos a todo el establishment cultural y mediático, dando lugar a un nuevo referente de lo cool.

No deja de ser curioso que un grupo que se distingue por no seguir las tendencias haya convertido esta actitud en una tendencia en sí misma. Más aún cuando la primera característica que define al hipster es que no reconoce su condición de hipster. Como señala Mark Greif, autor de ¿Qué fue "lo hipster"?, "cuando alguien te llama hipster, el término es un insulto"[1]. Esta postura ha contribuido al mito de que hipster no tiene definición. Sin embargo, y  a pese a su rechazo a las etiquetas, todos los hipsters comparten unas características comunes en su estética, vestimenta, intereses y actividades. Una suma de elementos que ha dado lugar a la definición de esta subcultura urbana a través de su estilo de vida[2].

"Los esenciales del hispter"
Fuente: gorgeouscompany.wordpress.com
Pero antes de hablar del hipster del siglo XXI, hagamos un poco de historia. El término aparece por primera vez en la década de los cuarenta del siglo pasado para referirse a los jóvenes blancos de clase media estadounidense que deseaban emular el estilo de vida de los músicos negros de jazz. En los años cincuenta, la Generación Beat, con Jack Kerouac y Allen Ginsberg al frente, adopta el concepto; y en su ensayo de 1957 "The white negro", Norman Mailer define al hipster como el deseo de una vanguardia blanca de renegar de lo "blanco" para alcanzar el conocimiento "cool" y la energía exótica de los negros americanos.

Con estos referentes, el hipster contemporáneo surge con el cambio de siglo y tiene su matriz en la juventud indie y alternativa de los años noventa, definida por su rechazo al consumo de masas como orden preestablecido, y en los movimientos antiglobalización[3]. En una primera fase, entre 1999 y 2003, lo hipster se identifica con el hecho de tener conocimiento de cosas exclusivas -ya sea en música, moda o arte- antes que nadie. Se adelanta a las tendencias, las adopta y las desecha cuando éstas llegan a las masas y se convierten en populares, pues hipster es la moda de no estar a la moda.

En su segunda fase, desde 2004 hasta el presente, el hipster encuentra su definición a través de la estética, "con unos marcadores estilísticos que trascienden la moda para convertirse en algo tan fundamental como una contraseña cultural", indica Greif.

Es entonces cuando el movimiento hipster empieza a sumar tantos seguidores como detractores. Un enfrentamiento materializado en artículos, editoriales y libros que defienden o condenan las virtudes y los desaciertos de esta subcultura, ya sea desde una postura cómica, desde la seriedad del estudio sociológico del fenómeno o mediante el estudio científico sobre cómo uno se convierte enhipster.

Fuente: thenextgreatgeneration.com
Entre los críticos destaca el argumento de la falta de originalidad de esta subcultura. En su artículo "Why the hipster must die", Christian Lorentzen afirma: "bajo el aspecto de ironía, el hipsterismo fetichiza lo auténtico de los movimientos marginados de la época de posguerra (Beat, hippie, grunge, punk) y lo regurgita con un guiño de inautenticidad".

Sus detractores también reprochan la carencia de ideología del movimiento, que se resume en una postura estética y no activista. Como apunta Greif, los hipsters adoptan las formas bohemias pero sin el núcleo revolucionario, y a lo largo de la última década han mezclado de forma particular elementos anarquistas, ecologistas (veganos), punk o anticapitalistas sin un rumbo definido.

Por otro lado, el único elemento ideológico que los define, su relación con el consumo, no está exento de contradicciones. Identificados como "consumidores rebeldes", es decir, aquellos que consideran que comprar los productos de masas correctos los identifica como transgresivos; los hispters  defienden de un lado el consumo en tiendas locales, los productos artesanos y el "hazlo tú mismo", pero a su vez visten con prendas de marcas dirigidas expresamente a ellos y están equipados con los últimos modelos de tecnología en el mercado, a ser posible con el logotipo de la manzana.

Fuente: shillingtondesignblog.com

La moda es el principio
El particular tour de force del hipster entre la individualidad y la tendencia tiene en la moda a su mejor exponente. Más allá de sus gustos artísticos o de su menú orgánico, el hipster se identifica en primer lugar por su forma de vestir, con elementos claves que definen su estilo. A las ya mencionadas gafas de pasta (modelo Wayfarer de Ray Ban) hay que unir las prendas de estilo retro y vintage. Las bufandas, los gorros de lana, los vestidos femeninos para ellas, skinny  jeans, hoddies, camisas de cuadros, bolsos messenger, camisetas con mensajes, calzado cómodo y accesorios irónicos son algunos de los básicos de su armario. 

Fuente:es.wikihow.com
También es importante cómo estos elementos se combinan entre sí. El auténtico hipster se preocupa por tener un aspecto cuidadosamente despreocupado, que logra con mezclas imposibles (lana en pleno verano, pantalones cortos en invierno, colores y tejidos incompatibles) y vistiendo a capas. Otra idiosincrasia que define su estilo es que llevan gafas aún sin necesitarlas (con cristales sin graduar o directamente sin cristales) en su afán por lograr un aire intelectual.

Poco a poco, esta estética ha ido calando entre los referentes fashion y las prendas nuevas pero de aspecto usado y vintage se han colado en las cadenas de producción de las marcas de moda, incluidas las low cost, que han convertido las gafas de ver sin graduar, grandes y de montura ancha, en uno de los accesorios imprescindibles que todo joven debe poseer si quiere "estar a la última". American Apparel, Urban Outfitters, Free People y Anthropologie son algunas de las firmas de referencia para los hipsters.

Póster de Moonrise Kingdom de Wes Anderson 
A la vanguardia
Junto a la moda, otro indicador de la trascendencia del movimiento hipster es su permeabilidad en la industria cultural. Entre los ejemplos más recientes, está la transformación de Homer Simpson en hipster. En el episodio "The Day the Earth Stood Cool", emitido en Estados Unidos el 9 de diciembre de 2012, Homer se contagia de la modernidad de sus nuevos vecinos, una familia hipster. Por su parte, Girls, la serie de la HBO escrita, producida, dirigida y protagonizada por Lena Dunham,  se ha elevado como el referente cultural de qué es lo hipster para los no iniciados en hipsterismo.

Más allá de la anécdota, este movimiento cuenta con unos claros referentes culturales que a su vez definen al grupo. A los hipsters les gusta el cine independiente y extranjero (en versión original con subtítulos) y veneran la filmografía de Wes Anderson y de Jim Jarmusch. Entre sus lecturas no faltan los ya mencionados Kerouac, Ginsberg o Mailer, a los que se suman autores contemporáneos como Jonathan Safran Foer. Escuchan la música indie de Belle&Sebastian o Animal Collective; y cuentan con publicaciones propias como Vice, Another Magazine, Wallpaper, Pitchfork o culturahipster.com. 

Son personas cultas y con formación universitaria, que se dedican profesionalmente a las artes liberales, la tecnología o la ciencia. Tienen conciencia ecológica, son ciclistas urbanos, foddies entregados, les encanta la fotografía (con filtros, polaroid y lomográfica) y la decoración con elementos retro, y dedican parte de su tiempo de ocio a la jardinería y a las tertulias intelectuales acompañados de una gran taza de café.

A la espera de una nueva moda, el hipsterismo (renovado) se posiciona como la primera tendencia del siglo XXI, con Día del Orgullo Hipster incluido.
mrg
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