Verano, sin perspectivas de una escapada a la costa
o a la montaña, y con los niños en casa, demandando atención y entretenimiento
por igual. Desde almagra32 nos hemos propuesto daros unas pistas y algunas ideas para
llenar el ocio de los pequeños en verano sin que sufra el presupuesto familiar,
dando respuesta a la omnipresente pregunta: ¿y ahora, qué hacemos con los niños?
Fuente: TopFoto.co.uk |
Ya sea con mamá y papá, o en casa de los abuelos -los
verdaderos salvavidas en el caos veraniego-, es fácil encontrar actividades
divertidas, y baratas, que entretendrán por igual a grandes o pequeños. Empezamos
esta sección -que contará con una segunda parte- con una propuesta de
actividades que pueden hacerse en la ciudad. Partimos de un escenario de ciudad de interior, ya que
si en vuestra localidad hay playa, tenéis el dilema prácticamente solucionado. Así
que coged papel y lápiz y preparaos para llenar el calendario.
Museos
locales. Buscad en la agenda de vuestra ciudad la relación de museos y
galerías de arte locales. Muchos de ellos cuentan con jornadas de entrada
gratuita o de precio reducido, y organizan actividades específicas para niños
durante la mañana con visitas guiadas enfocadas según los intereses de los
pequeños y clases de arte y manualidades. Es una forma práctica de aprender y
divertirse a la vez.
Fuente: bibliotecavaldepeñas |
Día en la
biblioteca. Las bibliotecas públicas son un espacio lleno de
posibilidades para el ocio infantil. Libros, películas, conexión a Internet,
aire acondicionado y la tranquilidad de un espacio silencioso. Aunque tienen
horario reducido en verano, la mayoría de las bibliotecas públicas permanecen
abiertas hasta mediodía y muchas de ellas programan talleres para el público
infantil en verano. También podemos encontrar una amplia oferta de ocio en las
redes de centros cívicos, las casas ciudadanas y las escuelas de verano de los
colegios públicos. El acceso a este tipo de actividades y espacios suele ser
gratuito o tiene un precio simbólico.
Senderismo. Es
una de las actividades más completas, aunque depende del punto geográfico donde
nos encontremos y de los grados que marque el mercurio. Existen foros especializados donde
informarse sobre cuáles son las mejores rutas de senderismo para hacer con
niños y cómo plantear esta actividad para los más pequeños.
Además de favorecer la convivencia y el trabajo en grupo como familia, el
senderismo es una oportunidad única para que los pequeños entren en contacto con
la naturaleza. Además, pueden aprovechar la salida para montar en bici por el
campo, hacer un álbum de la naturaleza, aprender técnicas de supervivencia, y
formarse en el respeto al entorno y en el cuidado del medio ambiente.
Fuente: padresonones.es |
Día en la
piscina. A falta de playa, la alternativa está en la piscina. Si el
presupuesto familiar no alcanza para el bono de temporada en la piscina municipal, se pueden organizar varias jornadas de piscina a lo largo
del verano. El precio de la entrada es más barato entre semana, y algunas
instalaciones ofrecen descuentos para grupos. Planificarlo para quedaros en la piscina
todo el día y llevaros la nevera con comida. En los últimos años, muchas
instalaciones han ampliado su horario los fines de semana y abren la piscina
por la noche, una opción a tener en cuenta para las jornadas en las que la mínima
no baja de los 22 grados. Y si queréis garantizar la diversión de los peques,
incluid en la agenda de verano una visita al parque acuático de vuestra
ciudad.
Cine de
verano. Instalados en los parques, junto a la playa, en los patios de las
casas del centro histórico y en las plazas, los cines de verano se consolidan,
pese a la crisis, como una de las propuestas de ocio preferidas para combatir
la canícula. Precios ajustados, ambigú y la opción de llevarse el bocata de
casa. Más información aquí.
Visita al
parque. Al igual que en el caso del senderismo, las actividades en el
parque están vetadas si el servicio de meteorología decreta la alerta amarilla
por altas temperaturas. Lejos del ajetreo de la rutina diaria, el verano ofrece
la posibilidad de conocer con calma la red de parques públicos de nuestra
ciudad. Una merienda-cena al atardecer a modo de picnic -ojo, informaos de la
normativa municipal-, aprender a volar una cometa, montar en bici, jugar en los
columpios, hacer nuevas amistades o refrescarse en las fuentes, son algunas de
las posibilidades de una jornada en el parque.
Fuente: Pinterest |
Vamos a ver
las estrellas. Contemplar una lluvia de estrellas es una de las citas
ineludibles del verano, que encandila por igual a niños y mayores. De acuerdo
con el calendario de lluvia de estrellas,
el 28 y el 29 de julio se podrán observar las Delta Acuáridas, y entre el 10
y el 13 de agosto será el turno de las famosas Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo.
Así que ya sabéis, buscad un punto poco luminoso en las afueras,
preferiblemente en la sierra, coged una manta y provisiones, y listos para
disfrutar de una noche bajo las estrellas. Más información aquí.
Fuente: ekitienda |
Huerto
urbano. Naturaleza, aprendizaje, diversión, esfuerzo y sentido de
comunidad. Todo ello en un sólo espacio, el huerto urbano, o
el huerto familiar, si tenéis uno a vuestra disposición. Podéis aprovechar
el verano para poner en marcha vuestro propio huerto en casa, aunque si no
disponéis del espacio o del tiempo, lo mejor es acudir a un huerto urbano
comunitario. Esta práctica, al alza en los últimos tiempos, está cada vez más
extendida y es muy fácil encontrar varias localizaciones de huertos urbanos en
las afueras y en los barrios de casi todas las ciudades. Poneos en contacto
con el colectivo que lleve el huerto y plantearles la posibilidad de programar
una visita para conocer su trabajo y echarles una mano. Preguntarles cómo
podéis colaborar para agradecer su tiempo y su hospitalidad, llevando semillas,
alguna herramienta de trabajo o material de compostaje. Si la propuesta os
convence, tendréis actividad para todo el año.
Hacer fotos.
Las cámaras digitales y los
teléfonos móviles han puesto la fotografía al alcance de todos. Despertad el
espíritu creativo de los pequeños con un ejercicio de fotografía para el
verano. La posibilidad de temas es infinita. Pueden hacer una foto para
ilustrar cada día del verano y crear así un diario visual de las vacaciones;
hacer un álbum familiar, retratar su entorno (su barrio, su ciudad), un motivo
(el atardecer, su mascota) y así un largo etcétera. Dependiendo de la edad, podéis
aprovechar para enseñarles el tratamiento digital de las imágenes y los
aspectos artísticos de la misma.
Fuente: ehow.co.uk |
En ruta, por
la ciudad. ¿Conocen vuestros pequeños los nombres de las calles de su
ciudad? ¿Y los monumentos y edificios emblemáticos de la misma? Aprovechad el
verano para convertiros en turistas en vuestra propia ciudad. Plantead la
actividad a los pequeños como una aventura, un concurso, en el que hay que ir
completando la lista de nombres de calles -uno por cada letra del alfabeto, por
ejemplo- y marcar en un mapa de la ciudad los lugares y edificios visitados. Se
sentirán como unos exploradores.
Continuará...
Muy buenas ideas. No cuesta mucho planificar un verano para los niños sin salir de viaje, pero hay que ponerle voluntad y paciencia para que no sea todo televisión y videojuegos. Lucía
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