En pocos días daremos la bienvenida a la primavera y he pensado que es una buena ocasión para detenernos a analizar una de las experiencias de consumo alternativo más en boga de los últimos años: la horticultura urbana.
Ya sea por la crisis o por el desarrollo de nuevos estilos de vida, la presencia de los huertos urbanos en las ciudades, tanto en espacios públicos como en la intimidad de los balcones y terrazas, ha registrado un incremento paralelo a la proliferación de información, talleres y de servicios vinculados a una práctica que, en realidad, no es tan novedosa.
Fuente: unhuertourbano |
Lo cierto es, sin embargo, que en los últimos tiempos el creciente interés por el cultivo de lechugas y tomates en pleno asfalto se ha presentado como un efecto directo de la crisis económica que protagoniza la actualidad diaria desde hace cinco años. Es verdad que la hecatombe financiera ha llevado a muchos a replantearse el modelo de vida y, más concretamente, el modelo de producción y de consumo actual; pero la horticultura urbana tiene otras fundamentaciones, más allá de las económicas, que son la verdadera razón de ser de esta práctica.
Fuente: sandrapalli |
Asimismo, coincidiendo con el planteamiento de la FAO, se destaca su potencial como transformador del paisaje urbano. En este sentido, el documental "De Madrid al suelo: la emergencia de la agricultura urbana", realizado por la UNED, presenta al huerto de ciudad como un ejemplo de "acupuntura urbana", concepto promulgado por el arquitecto y político brasileño Jaime Lerner, quien sostiene que es posible transformar una ciudad en un corto periodo de tiempo mediante pequeñas intervenciones poco agresivas.
Junto a estos principios valedores, la práctica de la horticultura urbana reporta grandes beneficios a título individual y comunitario. Además de promulgar valores ecológicos, de educación ambiental y sostenibilidad, la dedicación a las tareas del huerto en medio de la vorágine de la ciudad se ha revelado como una excelente terapia contra la ansiedad y el estrés. También promueve el sentimiento colectivo y de comunidad, favoreciendo la convivencia, la corresponsabilidad y el trabajo en equipo. Y la inversión inicial requerida tiene a corto plazo un reflejo en el ahorro en la cesta de la compra.
Todos estos factores, desde la crisis a la sostenibilidad, están detrás del auge actual de los huertos urbanos. Un auge que, como apuntábamos al principio, tiene su reflejo en el creciente interés y demanda de información y productos vinculados a esta actividad. Si hasta hace pocos años su presencia era testimonial, en la actualidad un sólo golpe de clic nos brinda el acceso a tutoriales detallados que nos guían paso a paso en la creación del huerto, a tiendas online donde proveernos de todo lo necesario para su mantenimiento (desde herramientas hasta semillas) o a empresas especializadas que asesoran en el diseño del huerto urbano y que, si es preciso, lo dejan todo listo para que los novatos en la materia sólo tengan que preocuparse de regar las hortalizas y de recolectar el producto.
A su vez, el "run run" del huerto urbano está calando entre la ciudadanía y entre las instituciones. Semanalmente aparecen noticias de municipios que ceden solares públicos para que los vecinos puedan poner en marcha las parcelas agrícolas. Los centros cívicos, las asociaciones de vecinos y otros colectivos sociales organizan talleres y encuentros dedicados a la horticultura urbana; y ciudadanos anónimos se unen para crear sus huertos comunitarios, sirviéndose de la financiación colectiva para llevar a término su iniciativa.
Jardín vertical con pallet reciclado / Fuente: minuevohogar |
Si os decidís a sacar al agricultor que lleváis dentro, antes de coger la azada y las semillas, debéis tener en cuenta que la puesta en marcha de un huerto urbano implica un compromiso personal, que requiere de dedicación, tiempo y paciencia.
La planificación de esta actividad dependerá de si trabajáis en un huerto colectivo o en uno individual montado en vuestra propia terraza. En el primer caso, contaréis con la ayuda y el consejo de horticultores experimentados, además de disponer de herramientas comunitarias. En la segundo opción, todo corre por vuestra cuenta. No es necesario disponer de un gran espacio para poner en marcha un huerto urbano, ya que existen diseños de plataformas elevadas y jardines verticales que se adaptan a espacios pequeños. Sólo es preciso tener muy claras las pautas para tener un huerto en casa, de modo que la planificación y el mantenimiento del mismo den los frutos deseados.
mrg
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