La primavera está a la vuelta de la esquina. Se alargan las horas
de luz y los termómetros dicen adiós a las temperaturas extremas. Aligeramos
las capas de ropa y a media mañana el sol ya calienta nuestra piel para
recordarnos que al invierno le quedan días contados.
En los comercios, y en la red, las prendas de rebajas ocupan un tímido
rincón para dar paso a las nuevas colecciones. Unas propuestas que juegan al
equilibrio perfecto entre los básicos y las prendas clásicas de esta estación, y las tendencias pautadas por los diseñadores
en los desfiles celebrados el pasado septiembre y que pronto empezarán a
vestir la pasarela urbana.
La explosión de color con el verde y el amarillo como protagonistas
rotundos, la consagración del sporty chic, el juego de contrastes entre la feminidad propia del estilo de los
años sesenta y el descuidado grunge
de los noventa, o el efecto hipnótico de unos estampados caleidoscópicos. Son apuestas de temporada que este
año conviven, se adaptan e incluso transforman clásicos de la primavera-verano
como el look safari o las rayas
marineras, que en 2013 pasan de ser un básico veraniego a convertirse en el estampado it del momento.
Para saber qué se lleva y cómo llevarlo, hemos preparado una guía básica
con las claves del armario de primavera, que desarrollaremos en nuestras secciones de
tendencias y escaparate a lo largo de los próximos meses. De momento, os animamos a tomar nota de nuestra selección para que,
una vez revisado vuestro fondo de armario, preparéis un presupuesto y una lista
de compras que aúne economía y estilo.
Estilos. La gran apuesta de la temporada es el sporty chic. Las prendas
deportivas cobran vida más allá del gimnasio en un tributo al confort y a un estilo
de vida más relajado. Las deportivas con cuña que irrumpieron con fuerza el año
pasado confirman que han llegado para quedarse y a ellas se suman dos prendas
estrella: la sudadera y la cazadora bomber.
La ropa deportiva adquiere el grado de chic
mediante el uso de tejidos brillantes y los detalles de strass y paillettes, y se cuelan en el vestuario diario combinando con las faldas
y los vestidos. Junto al tributo deportivo, las pasarelas apuestan por el contraste
recuperando dos estilos tan opuestos como la feminidad de los años sesenta, con
minivestidos y faldas XS; y la vuelta al grunge con camisas de
cuadros, petos vaqueros, tops que dejan el ombligo al aire y mochilas como accesorio básico.
Inspiración. La moda mira hacia Oriente en
busca de nuevos aires para la primavera y convierte al quimono en uno de los must de este año, recuperando una prenda que ya hizo furor entre las más trendy hace dos temporadas. Los vestidos con
aire de geisha, las blusas con cuello asimétrico y los estampados de flores de
loto también se abren hueco entre los percheros para aportar un toque exótico y
multicultural a los outfits de esta
primavera. Por otro lado, la influencia far
west sigue vigente una temporada más con detalles de piel vuelta,
estampados de inspiración navajo y la presencia de flecos por doquier,
especialmente en las cazadoras, los bolsos y el calzado. La antítesis a estas
dos propuestas está en las prendas de inspiración futurista con cortes rectos,
tejidos metalizados y acabados transparentes.
Tejidos. El vaquero es el rey de
esta primavera-verano. Los estilistas siguen apostando por el total look en denim jugando con la variedad de tonos y acabados. Pantalones,
shorts, camisas, camisetas, chalecos, vestidos, faldas o cazadoras. El tejido
vaquero se adapta a todas las prendas, usos, estilos y acabados. Para lograr un
toque de sofisticación, la propuesta es la unión del denim con el blanco impoluto. Una camisa masculina, un blazer o
una falda lady son los tres básicos
para crear diferentes conjuntos en combinación con el vaquero.
Fuente: Pantone |
Color. El juego de contrastes
impera también en la paleta de colores que, de un lado, apuesta por el clásico
binomio blanco y negro, tanto en estampados como en conjuntos más sobrios; y, de
otro, propone una explosión de colores vibrantes en una celebración de la
energía y del optimismo que acompañan al buen tiempo. El esmeralda, el color del año según Pantone, es
uno de los tonos de esta primavera. Junto a él, el amarillo irrumpe con fuerza
en los percheros en un intento de competir con el astro rey para aportar un extra
de vitamina a los conjuntos de esta temporada. En ambos casos, las propuestas
de estilo abarcan desde los pequeños detalles al total look en uno de los dos
tonos de esta primavera. Si estas notas de color son demasiado atrevidas, se
puede optar por otros de los colores seleccionados por Pantone para dibujar la paleta de esta primavera.
Estampados. Como ya hemos apuntado al
principio, las clásicas rayas marineras son el estampado de esta
temporada. Un básico perdurable que tiene truco, ya que para ir a la
última hay que decantarse por las rayas anchas y en blanco y negro. No
obstante, el mundo de la moda es flexible y las rayas se adaptan a diferentes
grosores, mantienen la combinación clásica blanco-navy e incluso permiten la convivencia
con otros colores. El blanco y negro, ese binomio atemporal que hemos apuntado
en la sección de color, es también la base de los estampados geométricos, casi
hipnóticos, que tiñen la moda primaveral y convierten las prendas en un tablero
de ajedrez gracias al estampado damero. Y, como no, en primavera no pueden faltar los
estampados florales que convierten el armario en un jardín muy particular. Lo último, el efecto floral en 3D.
Siluetas. Pantalones anchos de corte
masculino en tejidos ligeros, pantalones tobilleros, chalecos anchos, tops que
dejan el ombligo al aire, prendas deportivas anchas en contraste con ajustadas faldas lápiz, volantes asimétricos, vestidos mini...
Al igual que el pasado otoño, las prendas se adaptan a todo tipo de cuerpos, de
estilos y gustos para que cada una elija los que mejor le sientan.
Prendas clave. La prenda comodín de la primavera-verano
es, desde luego, el vestido. Un básico imprescindible en el fondo de armario
durante todo el año, pero especialmente cuando el mercurio empieza a sumar
grados. Para acertar hay que escoger una prenda versátil, que pueda
utilizarse tanto de día como de noche y que mediante el juego de complementos
pueda servir igualmente para un evento como para un conjunto informal.
Nuestra brújula de estilo se decanta por el blanco, el negro, el verde esmeralda o el estampado de rayas, a la hora de escoger el color para el vestido de esta
primavera. Junto a este comodín, nuestro póquer de prendas lo forman la cazadora
deportiva tipo bomber, que podremos
seguir utilizando el próximo otoño-invierno; una prenda en denim (pantalones,
camisa, vestido o falda) en función de lo que precise nuestro armario ropero; el
pantalón tobillero en negro o con estampado floral; y la camisa de cuadros revival de los 90. ¿La concesión de la
temporada? Una chaqueta quimono de inspiración oriental en un tono neutro o con
un estampado discreto para que pueda servir tanto para los estilismos más
sofisticados como para los relajados, y a la que podamos dar uso una vez finalice el estío.
mrg
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