jueves, 28 de febrero de 2013

Colaborando, gota a gota

Primero fue el mundo de la cultura y ahora la sociedad civil toma el relevo en el desarrollo de proyectos al margen de fondos públicos y privados. La crisis financiera mundial, agudizada en el territorio español, ha propiciado la aparición y desarrollo de la financiación colectiva, más conocida por el término anglosajón crowdfunding, que se ha revelado como una exitosa estrategia para llevar a cabo proyectos que hasta hace unos años encontraban refugio mayoritariamente en la administración pública y también en algunos inversores privados. Ahora, con ambos grifos cerrados, los ciudadanos tiran de imaginación para que sus propuestas prosperen, fomentando a su vez la corresponsabilidad de la sociedad civil, el sentimiento de comunidad y el espíritu solidario. 

Principios del crowdfunding / Fuente: mosaic

Internet es el principal valedor del crowdfunding a la hora de difundir las diferentes iniciativas y servir de intermediario para la recaudación de los fondos. Existen varias plataformas que promueven la gestión de la financiación colectiva, como lanzanos.com o verkami.com, pero hoy voy a hablaros de Goteo.org, que en apenas un año se ha convertido en uno de los principales referentes de esta práctica.

Aunque conocía la iniciativa, no profundicé en sus posibilidades hasta que hace unas semanas me convertí en cofinanciadora de un proyecto de huerto urbano que se ha puesto en marcha de un barrio de mi ciudad, Córdoba, y que está realizando su campaña de recaudación de fondos a través de Goteo. Fue entonces cuando comprobé la capacidad de respuesta colectiva a la llamada de financiación y las posibilidades de esta alternativa, que transforma el modelo de inversión tradicional en una economía con rostro humano.

Goteo.org abrió su ventana en la red en noviembre de 2011, impulsada por la Fundación Fuentes Abiertas y Platoniq. Se definen a sí mismos como "una red social desde la que impulsar el desarrollo autónomo de iniciativas que generen nuevas oportunidades para la mejora constante de la sociedad y el enriquecimiento de los bienes y recursos comunes". Y se presentan a la ciudadanía como "una plataforma para la inversión de 'capital de riego' en proyectos que contribuyan al desarrollo procomún (provecho común), el conocimiento libre y/o el código abierto".

Página de inicio de Goteo.org / mrg
La web promueve la financiación de proyectos de carácter social, cultural, científico, educativo, tecnológico y ecológico. A estas áreas corresponden los siete proyectos que acompañaron hace más de un año a la puesta de largo de esta red social: bookcamping (una biblioteca digital, abierta y colaborativa), Canal Alpha (software libre audiovisual), CuentoJuegos Robocicla (propuesta editorial dirigida a niños, padres y educadores), Move Commons (sistema semántico de búsqueda y etiquetado de iniciativas sociales en Internet), Nodo Móvil (estación wifi portátil), Todojunto Letterpress (espacio-taller para recuperar la impresión tradicional con tipografías móviles), y Tu derecho a saber (plataforma para enviar solicitudes de acceso a la información de cualquier institución pública española).

Aquellos fueron los comienzos, doce meses después Goteo.org cuenta con 17.761 usuarios registrados, 10.000 seguidores en las redes sociales y más de 10.000 visitas diarias. En este tiempo, la red ha publicado 150 proyectos de financiación colectiva, que han recaudado más de 430.000 euros, con una media de 40 euros por cofinanciador y un porcentaje de éxito de las campañas del 60 por ciento, según consta en el informe Visualizando un año de Goteo.

Un proyecto en diez pasos
La puesta en marcha de una campaña de financiación colectiva se resume en diez sencillos pasos. Tras el registro en la plataforma, hay que rellenar un formulario donde se incluye una descripción detallada del proyecto: en qué consiste, qué financiación se precisa, desglose de los costes, retorno colectivo (cómo puede beneficiar a los demás) y elementos gráficos (fotos, vídeos) para ilustrar la iniciativa. En el formulario también hay que establecer las diferentes recompensas individuales que, además de servir de incentivo, reconocen la labor del cofinanciador. Dichas recompensas pueden ir, como en el caso del Huerto de la Fuensanta, desde el reconocimiento público por la aportación de cinco euros, el apadrinamiento de un bancal por la inversión de ocho euros, o la invitación a un picnic vegetariano en el solar del huerto por contribuir con 20 euros. 



Llegados a este punto, y si es necesario, desde la plataforma te asesoran para mejorar la presentación de la propuesta con el fin de captar a más cofinanciadores y que el proyecto prospere. Una vez publicada oficialmente, la campaña tiene dos rondas de cofinanciación de cuarenta días cada una. La primera ronda está dirigida a la consecución de la cuantía mínima para llevar a cabo el proyecto. Si se alcanza o se supera dicha cuantía, se abre una segunda ronda de 40 días para lograr la cantidad óptima. Y si la iniciativa de crowdfunding tiene éxito, los responsables del proyecto disponen de un plazo de 12 meses para cumplir con el retorno colectivo y las recompensas individuales con las que se ha comprometido.

En cuanto a los cofinanciadores, su participación es aún más sencilla. Sólo hay que registrarse, elegir un proyecto, escoger la cuantía de su colaboración y autorizar el pago mediante tarjeta de crédito o PayPal. Además de las recompensas individuales, los impulsores del proyecto mantienen al cofinanciador puntualmente informado de la evolución del mismo a través del correo electrónico. 

Así que tanto si queréis poner en marcha un proyecto que precisa de un pequeño empujón financiero como si queréis colaborar en el desarrollo de propuestas que revierten en beneficio de la sociedad, en el crowdfunding tenéis la respuesta.

mrg

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